jueves, 14 de octubre de 2010

Hª Clínica de una paciente agitada

Fernando Gonçalves Estella

Antecedentes 
Mujer de 56 años, casada, 2 embarazos a término con feto vivo.
No alergia conocida a fármacos. Hipertensión arterial leve, en tratamiento con un diurético. Menopausia a los 48 años. Sofocos frecuentes desde entonces.
La familia la considera "algo nerviosa" desde hace 5 o 6 años. Pero no tiene antecedentes psiquiátricos ni nunca ha tenido que tomar nada para los nervios. No hábitos tóxicos.

Motivo de consulta

Es traída de urgencia al Centro de Salud por su marido y una hija de unos 24 años, en un coche que conduce un vecino, tras comenzar hace unas 10 horas a "no parar, muy nerviosa, enfadándose por todo y desde hace un par de horas dice cosas raras. No ha dejado dormir a mi padre desde la madrugada", según relata la hija.

Exploración y pruebas complementarias

TA 170/100, a 120 lpm, temperatura 36.8º C. Difícil valoración de los ROT.
Debido a su cuadro de agitación psicomotriz, no es posible realizar ECG.
Buena hidratación, obesidad incipiente, se queja de la temperatura que hay en el Centro de Salud, quizás algo elevada. Chapetas malares.
No puede realizarse una correcta valoración física por su inquietud motora. No se sienta, cuando es invitada a hacerlo. Deambula por la consulta sin finalidad alguna. Berborreica, con gran gestualidad, habla en voz alta y amenazadora, pero cuando habla en tono normal, lo hace expresando una gran tensión interior, señalando con el índice al marido en sus comentarios que la familia juzga como no ciertos. La han tenido que traer poco menos que a la fuerza, porque no se explica porqué la tiene que ver un médico a ella. Si pudiera, se escaparía del Centro.

Impresión diagnóstica

Agitación psicomotriz, de etiología no clara

Tratamiento y recomendaciones

Se procede al la sedación contra la voluntad, que una vez iniciada, la paciente acepta, instaurándose tto. con Haloperidol IM y Sinogán IM. A los 20 minutos se repite una segunda ampolla de Haloperidol, sin oposición, para asegurarnos que no dará problemas en la ambulancia.
Lograda la sedación, se deriva al hospital en ambulancia, acompañada por sus familiares.


Relato de los hechos y comentarios

En el Centro de Salud hacen guardia en ese momento dos médicos y un ATS. Uno de los médicos, al que llamaremos M2, al regresar al Centro tras realizar un aviso domiciliario para asistir a un paciente con EPOC, se encuentra con un jaleo allí fuera de lo normal.
Oye voces por los pasillos del Centro y ve a una mujer, claramente alterada, que es seguida por una joven de unos 24 años que trata de cogerla del brazo. Deambula sin rumbo fijo mientras repite una y otra vez "no hay derecho, no hay derecho, a mi no me agarres que como me sujetes te mato ¿eh?. La culpa la tiene tu padre por hablar con quien no debe".
Intuye que hay más gente en la sala de Urgencias, porque oye a su compañero médico, M1, que discute a voces con el que parece ser marido de la paciente: "Le he dicho, que si no viene ella y se sienta para hablar, ya se la puede ir llevando que no la veo. Estoy harto de aguantar histéricas".
A su entrada en la sala de Urgencias, M2 es sorprendido por los comentarios del marido, que se dirige a él: "Haga usted el favor de verla, que esa mujer mía está como loca y su compañero dice que si no viene aquí, que él no la ve, con lo que nos ha costado traerla".
-         M1 (enfadado, violento, agresivo) a M2: "Tu verás lo que hagas. Yo no tengo porqué aguantar histéricas, que no me pagan por eso. Lleva diez minutos aquí y todo el rato en ese plan. Que la aguante su padre".
-         M2 a M1: "Bueno, tranquilo hombre, que yo me hago cargo de ella".
-         M2 al marido: "Cuénteme que ocurre"
-         Marido a M2: "Póngale algo rápido, una inyección o lo que sea, por favor, que está como loca".

Al fondo no paran de oírse comentarios entre la madre, a voces, y la hija, que temerosa y medio sollozando, intenta en vano calmarla. "Madre, que no pasa nada, esté tranquila, que el médico la tiene que mirar"
El M2 decide entonces ir a donde se encuentra la paciente, que no para de andar por el pasillo, diciéndole a la hija "vamonos, sácame de aquí, hija antes de que se compliquen más las cosas que me va a dar algo".
-         M2 a paciente: "venga conmigo que creo que tiene muchas cosas que contarme, a ver si le puedo ayudar en algo, mujer"
-         Paciente a M2: "Yo no voy a ningún lado con usted, que lo que quiere es encerrarme, que ya se lo habrá dicho mi marido. A mi no me toque ¿eh?".
-         M2 a Paciente: "Cuénteme, mujer, cuénteme, a ver si entiendo lo que pasa y tranquila, que yo no la voy a tocar, que sólo quiero ayudarla".
La paciente está muy nerviosa, se retuerce y frota las manos continuamente, no quiere sentarse, se regaza, luego vuelve a bajar las mangas de la rebeca, se pasa la manos por la cabeza, como para peinarse. Pero le cuenta al M2 unos hechos claramente incoherentes, entremezclados con gran gestualidad, de contenido amenazante para el marido, acompañados de actividad motora excesiva, con sentimiento de tensión interior de la paciente, con gritos, quejas llamativas y amenazas, a veces veladas, pero a veces expresas.
Ante tal situación M2 indica aparte al ATS que prepare la medicación y que cuando él le diga y la sujete, que no intente razonar y le ponga la medicación sin más. Llegado el momento, se aplica la medicación sujetando el médico con suavidad pero con firmeza a la paciente, al mismo tiempo que le informa con tono de voz premeditadamente tranquilo, pero con rotundidad "tenemos que ponerle una inyección para que tranquilice un poco y podamos seguir hablando usted y yo, pero sin voces, ¿vale?, que es mejor así". La resistencia inicial se vence sin mucha dificultad. A los diez minutos la paciente pide agua y una silla "porque me parece que me voy a marear". Media hora más tarde acepta el ofrecimiento de que se tumbe en la camilla mientras llega la ambulancia, aunque lo hace boca abajo y dejando los pies colgando hasta el suelo.
El marido fuertemente angustiado refiere entonces a M2 en otra habitación los pormenores:
"Empezó de madrugada. No paraba quieta en la cama, hablando tonterías, que no nos iban a recoger más la leche los del camión, que lo había oído por la radio, que yo tenía la culpa de todo por no tener más vacas, que sabía que nos las iba a matar el veterinario... y por más que yo le decía, párate quieta, ella no paraba. Y todo es mentira, inventado por ella. La hija sabe que es mentira. Ella es algo nerviosa, y ya le pasó algo parecido hace 3 años, pero se le pasó en dos o tres días. Es una mujer muy buena, que ella no es así, pero hoy se ha puesto... bueno, le quise poner el termómetro, porque la veía con calor, y me lo tiró contra el suelo, ya me dirá..."

Días después, por casualidad, el M2 se encuentra con el médico cabecera de la paciente, que le informa de que aún está ingresada, pero que pronto será dada de alta y... del diagnóstico: (Crisis hipertiroidea).

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